Son muchos los retos que suponen superar los índices de desigualdad y pobreza en las regiones de Latino América y el Caribe. A pesar del aumento en la producción interna en los últimos años y el crecimiento en la participación de exportaciones de servicios a nivel mundial, incluyendo el turismo, persisten grandes brechas sociales y económicas, producto de la ausencia de políticas de descentralización del gobierno, incipiente incorporación del conocimiento a la producción e inversión en infraestructura, así como debilidades en promover la participación ciudadana en la planificación y gestión del territorio como sujetos de derecho.
Estudios recientes y consultorías realizadas por parte de ECONOTUR a destinos de América Latina y el Caribe son el punto de partida de las siguientes reflexiones alineadas a los retos que suponen los ODS para regiones apartadas del desarrollo urbano, las cuales tienen grandes deficiencias socio económicas pero que se han proyectado como territorios de vocación turística por sus recursos naturales y culturales.
Hoy escribimos por aquellos municipios, provincias y grupos de comunidades que una y otra vez expresan la ausencia de una política continua hacia el desarrollo socioeconómico, cientos de reuniones y talleres sin resultados visibles e iniciativas truncadas por cambios en las administraciones locales.
1. La educación para superar la pobreza

Es evidente que la ausencia de educación y de información, así como el acceso a financiación, limita el emprendimiento en las regiones rurales, sin embargo, esta brecha se puede reducir en la medida que se garantice así mismo, el acceso a los recursos naturales para la agricultura, la silvicultura, la piscicultura familiar y el turismo, aunado al acceso de información y canales de comunicación a través de la cobertura de internet.
Hoy en día, existen varios mecanismos de educación virtual, pero la mayoría de estos son de difícil acceso para quienes no cuentan con habilidades en una lengua extranjera o habilidades de ofimática avanzada.

Por ejemplo, en días pasados la alianza entre la UNTWO con IE University facilitó una plataforma de educación para el sector turismo: Online Tourism Academy, en su presentación, se habla de la democratización de la información y el acceso abierto para romper brechas de formación, más actualmente es una iniciativa en desarrollo, sólo disponible en idioma inglés y está enfocado en perfiles de dirección. Interesante apuesta por la digitalización del conocimiento pero aún distante de las realidades de los territorios.
La capacitación formal y certificada será un paso adelante en el fortalecimiento de competencias técnicas alrededor de la actividad turística, las universidades locales, regionales y centros de capacitación juegan un papel importante en la búsqueda de programas gratuitos para la comunidad, financiado por terceros y que permita un seguimiento directo de los avances y limitantes en el proceso, así como un desarrollo curricular pensado en las particulares del territorio y con un alto componente hacia el emprendimiento.
Asociaciones comunitarias de los territorios señalan que si bien existen dificultades en los desplazamientos y la coordinación de tiempos con la comunidad, hay interés en conformar grupos de estudio que estén alineados a la creación de proyectos productivos en los que se involucre la comunidad civil, gestores locales y empresarios de las regiones más apartadas.
Educación para el trabajo se evidencia como herramienta para incentivar la creación de empleos sostenibles y equitativos, así como el emprendimiento en el sector del turismo.

Aún los educadores de los municipios y provincias con economías incipientes educan con metodologías y contenidos usados 30 años atrás, con los mismos planteamientos curriculares y, con mayor preocupación, con lo mismos resultados de deserción en edades entre los 12 y 16 años, jóvenes que no ven en la educación una forma de superar las brechas sociales y económicas, cayendo en la delincuencia y en la drogadicción.
Por otra parte, se debe propender por transformar la cultura hacia la protección y conservación del medio ambiente a partir de la educación desde la temprana edad, por ello, las políticas nacionales y locales debiesen articular las escuelas y colegios en torno a la generación de propuestas en las que se prioricen el emprendimiento, el uso responsable de los recursos naturales, la protección y salvaguarda del patrimonio cultural, la biodiversidad como factor de desarrollo productivo y la sostenibilidad.
La educación debe ser lo suficientemente atractiva para atraer a los jóvenes y crear de la mano con la academia los proyectos productivos más acordes a las ventajas comparativas de los territorios, incluyendo el turismo.
2. El empoderamiento de la mujer rural, una estrategia para la equidad y hambre cero.

En términos de la equidad de género, en tres líneas se pudieses abordan los más importantes elementos a tener en cuenta en los territorios: a) emprendimientos liderados por mujeres de la comunidad, b) participación equitativa en procesos productivos, c) acceso a los recursos económicos, tierra, recursos naturales y servicios financieros así como d) compromiso y seguimiento contra la explotación sexual.
Claro, evidente y conciso en espacios urbanos, pero de difícil concepción en la ruralidad, una vez más se requieren esfuerzos por motivar y generar los espacios adecuados para que mujeres de toda América Latina y el Caribe tengan acceso a una educación de calidad, necesitamos que desarrollen sus talentos y habilidades que generen ingresos para sus familias, no podemos pretender que una familia con una mujer como cabeza de hogar desarrolle artesanías o cocine para la industria turística cuando no ha tenido más capacitación que la experiencia de vivir basandose en la prueba y el error.

“Cuantas veces hemos escuchado que no se le compran las empanadas a la señora de la esquina porque no tienen la calidad esperada”…“¿Qué organización ha decidido explicarle lo que está haciendo mal y garantizarle que de hacerlo bien toda se producción será comprada?”
Como proveedores directos de la industria turística, en los que se establecen acuerdos de compra y venta de materias primas; o desarrollos productivos que a su vez exploran actividades de ecoturismo o agroturismo, el campo de las regiones debe ser repensado y valorado como despensa de las comunidades, de las empresas y los turistas.
A su vez, la participación de proyectos comunitarios y en los que se empoderen las mujeres, permitirá no solo la creación de más oferta laboral, sino garantizar el alimento en las familias beneficiadas y la diversificación de los productos agrícolas, principal eje de la mejora en la nutrición de las comunidades.
Si bien la mayoría de los objetivos de los gobiernos nacionales recae en la primera infancia en términos de educación y garantizar la seguridad alimentaria, la mejor manera de apoyar la población más vulnerable, es a través de la distribución de los recursos territoriales para su aprovechamiento económico y la planificación del territorio con miras a proyectos de doble propósito; en los que el turismo se considere la principal o secundaria actividad productiva, permitiendo la diversificación de la oferta y la mitigación de la estacionalidad agrícola o pecuaria. Temas que serán abordados en la segunda parte.